Autor: Antenor Samaniego

VI ¡AY, qué licor es este! Siempre el mismo.Nadie te absorbe a ti, pero te absorbopor siete heridas. ¡Ay!, decid,¿es este el áspero placer que

XI TAL fue todo. Ningún olvido. Nada,sólo que el tiempo pasa en mis espaldas,que se suceden ascuas, rosas, polvo,sólo que invaden los inviernos, sóloque me

I SOLO Amor colmará de agua el desierto,de flor dulcísima el exhausto leño,de cántico y de fuego el pecho yertoy de ángeles la soledad y

IV TU eres el agua que entra en mis arenas.Mi pulso es como un río si me tocatu amor dulcificado en las colmenasy el sándalo

IX VEOTE y sé que el día te desposa,oh, noche, ya de amor desfallecida,¿qué luz la de tu soledad de rosaes la que a dulce

I ASI, sobre la tierra enrojecida,de rosas guarnecido en el estío,así, de orugas dulces, y aun con vidaebrio del vino de este reino mío… IFRESCO

III SOBRE la mar una azul corolaálzase su cabeza; embebecidasueña o está muriendo y está solaa niebla semejante o luz caída. Envuélvela la música en

IV AHORA sí la lloro y me estremezcode haberla ya perdido. Siderariofulgor que no es; dolor que te padezcode padecerte muero solitario. Vierto en la

V ¿EN qué cristal ahora se deshacesu tangible lucencia? ¿qué astro apurasu inacabable aroma, su dulzuraque entre nereidas o silenos yace? ¿Acaso es la negruzca