Llama de amor de pronto me fue dada.Fue en la Plaza Mayor. La cabelleranegra como el carbón. Una palmerajuncal toda ella y dulce la mirada.
Autor: Antenor Samaniego
-Con la princesa de la tez floridame he de casar – cantaba el pastorilloy al viento quejas con el caramillosoltaba con el alma mal herida.
Mi señor Don Quijote. La carta—ésta que escribo –la hago después de haberte buscado en toda España.Te he buscado entre tanto trajín y esta marañade
Sí, Fray Luis de León. A Salamanca,fui para oír tu cítara divina:ver tu vivencia Astral que aún iluminatu banca de madera, tosca banca… En el
No sólo fue Velásquez, ni Zurbarán, ni el Grecolos que hicieron la gloria de España en los colores.No sólo del Hidalgo Manchego, ni el entecorocín
¿Qué historia, qué leyenda, qué misterioguardan tus muros de tus catedrales,tus viejos edificios patriarcales,tus piedras en callado cautiverio? Vestigios de que fuiste un gran imperiorebalsan
Discurro por tus calles, silencioso,y oigo un rumor de siglos, oigo vocesde lejanos patriarcas y de diosesa la sombra del Aguila y del Oso. En
Yo soy, Madrid, quien te transita y ama.Soy quien, entre tus calles y callejas,sufre alucinaciones y destramalo que no dicen tus casonas viejas. Oigo tu
Sevilla y el Guadalquivir: dos seres.Ella, mujer; él, trovador galanteque la ase el talle en el redil brillantede sus copiosas ondas bereberes. Sevilla, en que
Sueño o tal vez delirio brotado de la mentede algún alucinado sultán del Medio Oriente.Crepúsculo cuajado de joyas relucientescapturado en los puños de un joyero