Semejan las nubes crespones de sangre.Los rayos solares adquieren figurasde infausta visión.Se estira, en silencio, la pampa lejana.Levantan sus testas las ásperas sierrasbañadas de sol.
Autor: Antenor Samaniego
Anciano Coronel, puesto de hinojos,la mano al pecho, temblorosa el alma,yo te saludo, dándote el manojode la rosa, el laurel y la palma. Anciano Coronel,
Al recordar el Dos de Mayo, sientoque el pecho, como el mar, se hinche de gozo.Fue del Perú el histórico momentomás grande, más radiante, más
Es el Castellanoun divino idioma.Tiene resonanciasde oro y de cristal. Era con Berceocolmenar sonoro.Adquirió en Manriquefuerza torrencial. Se hizo con Cervantesuna sinfoníay un rico tesorocon
¿Quién es aquel señor de contexturafrágil, en cuya testa estalla el trueno?Brillante como el sol radia en la altura.Brillante es como el mármol en el
El concurso de poesía «Armonía con la Naturaleza», organizado por la Asociación Nacional Antenor Samaniego Samaniego llegó a su final con gran éxito. Se presentaron
Julio Galarreta González, escritor y profesor universitario, publica una crítica sobre la novela autobiográfica «Lobos y no corderos». Además de la docencia, que los unió hasta
Al ingresar a la pubertad, Antuco ya había sido tocado por el amor, sentido nacer en su pecho de niño un calorcito especial, primero por
Las aves, en especial las palomas, lo conmovían. «Cómo me gustaban sus breves cuerpecillos emplumados. Una extraña dulzura me invadía cuando acariciaba, medroso, indeciso, sus
Si quieres decir Madre,úngete bien la bocacon el divino olordel nardo y de la rosa -¡Silencio!… No mancillessu pureza de nieve,su lumbre sideral,su claridad celeste.